viernes, 21 de noviembre de 2008

Raíces de odio

El País.com
Cartas al director

Sería recurrente además de pretencioso e ingenuo por mi parte, tratar de desglosar cabalmente las causas que, desde hace décadas, enfrentan al pueblo judío y al palestino, así como juzgar quién tiene más cuota de responsabilidad en la cruenta factura empapada de lágrimas. Pero sí me atrevo a llevar a cabo un diagnóstico basado en el sentido común y en la adversa realidad: aunque los niños carecen de capacidad para entender y realizar complejos análisis políticos o religiosos que avalen y justifiquen sus sufrimientos, sí tienen una gran permeabilidad para absorber, consolidar y reproducir conductas deplorables hacia otros seres humanos. Por tanto, las bombas, los cohetes, los misiles, los muros o los bloqueos han demostrado ser una receta inerte, incapaz de aportar a las raíces del odio nutrientes fundamentados en la paz, la tolerancia y el respeto.