Con la reducción del límite de velocidad a 30 km/h en buena parte de las
vías de circulación urbanas, el riesgo de muerte por atropello disminuye hasta
en un 80%, contribuyendo de esta forma a tener unas ciudades más amables y seguras.
Y siendo los accidentes en las carreteras un motivo de preocupación permanente
para las autoridades competentes en la materia, ¿es acertada la intención de
poner peajes en la totalidad de autopistas y autovías de nuestro país? Si como
nos recuerda la Dirección General de Tráfico (DGT) cada cierto tiempo, las vías
convencionales tienen un índice de siniestralidad bastante más elevado que el
de las autopistas y autovías, el previsible incremento de circulación en las
carreteras secundarias debido a la dificultad económica de muchos ciudadanos
para afrontar el pago de peajes, ¿no será motivo de un mayor número de
accidentes?
Nunca he considerado el coche como un fin sino como un medio, y en
vista del coste económico que acarrea la adquisición, el mantenimiento y el desplazamiento,
así como de los crecientes problemas para aparcar y de las limitaciones de
movilidad que se irán implementando en las ciudades, lo de tener un turismo en
propiedad será cada vez menos asequible e interesante.