El Día de Córdoba>Opinión>cartas del lector
El Comercio>Opinión>cartas del lector
La Opinión A Coruña>Opinión>cartas del lector
Un virus está causando la muerte de miles de personas a diario, tiene
a un elevado porcentaje de la población mundial confinada en las viviendas,
lleva a la paralización y ralentización de la actividad de múltiples sectores
económicos y, además, ha dado lugar a un cambio brusco de costumbres
individuales y colectivas que forman parte de la idiosincrasia de los pueblos.
En definitiva, una catástrofe en muchos sentidos. Todos los días se escucha de
manera repetida que la ciudadanía debe adaptarse a una nueva normalidad, sin
embargo, no parece que esa novedosa situación contemple la sustitución de muros
y alambradas fronterizas por lazos de cooperación y entendimiento, la
transformación paulatina de las fábricas de armamento en centros productivos de
equipos y medicamentos destinados a la salud pública universal, y otras muchas
cuestiones que impiden una infección mundial de justicia y sensatez.